30 de julio de 2020

mi corazón quebrado en nombres que no son piezas
mi historia en sombras,
que no se alejan
las atesoro, 
que en la tormenta, 
son los recuerdos que al mal alejan
son entretantos, de tanta vuelta. 
mi corazón amado, que me atormenta
de vez en cuando, sin una queja
no se acobarda
nunca me niega
una historia nueva, una herida vieja
que se remueve, que no se cierra.
mi audaz guerrero. y montón de vetas.

¿por qué hoy te escondes? ¿a qué te aferras?
si no eres presa ¿por qué reniegas?
¿dónde te escapas? 
que al agitarte,
me das la estela,
me das la pluma,
me quitas huellas. 

mi corazón se enfría cuanto se piensa 
se ve a sí mismo, 
como al poeta.
se siente vivo mientras se hiela
como un mendigo que el hambre niega.
mi corazón en ruinas más se renueva,
cual peregrino que no se entrega
y sigue vagando aunque no convierta
piezas y sombras, en obras nuevas.



20 de junio de 2020

Meses, el tiempo que se cuenta cuando buscas la dimensión en tu cabeza. Cuando la dimensión del corazón supera fuerzas. Cuentas tiempo, cuentas gastos, cuentas cuentas. Hasta que llega ese momento en que la realidad te empuja al torbellino que atraviesas, evadiéndolo, negándolo. Los cambios se agolpan, las frustraciones llegan, y en algún punto la realidad empuja, y tropiezas.

¿A qué te aferras cuando giras con torpeza? ¿Quién te sosiega?

Cuando un desconocido conocido es la mejor respuesta.

Si tanteas decisiones y flaqueas, si no dudas pero te faltan fuerzas, si sólo te enrollas en silencio y te superas. ¿A qué te aferras?
¿A tí mismo? Si no dejas de saber cómo es que continúas enmendando tus apuestas.

Meses, y hoy, ¿A qué te aferras?

https://www.youtube.com/watch?v=tO4dxvguQDk

4 de junio de 2020

Encuentros que se escriben mucho antes de vivirlos, aparecen rebotando entre oportunidades, decisiones y momentos, en el juego azaroso de dejar ir los desencuentros.
Encuentros que se escriben simples, o encuentros revueltos.
Entre consuelos y respiros, ilusiones y realismos que se van tejiendo. 
Si un encuentro te define es que no estás muerto. 

Retacitos y fragmentos que vas cosiendo con el tiempo, modelando en silencio lo que no dijiste, lo que perdiste en el tiempo. Si un encuentro se perfila, te atraviesa y lee incluso en los espacios vacíos que escondés; saber frenar, saborear, desear aquello que no puede describirse, o siquiera definirse, como el anhelo que no verbalizamos por temor, por cautela, o por recuerdos.

Aquello que es hecho para vivirse, que no se evita, no se pierde. Esa instancia de anhelar una vez más. 
Esa puerta que escondí y abriste a ciegas.
Esta nueva invitación para jugar.

21 de mayo de 2020

Sopla el viento y quiero oír el murmullo que lleva, 
las ideas que alborota mientras atraviesa alborotando mi cabeza.
Algunas dudas, muchas certezas.
La voluntad de liberar del corazón las pertenencias, 
esa percepción errada de control sobre tu vida, tus creencias.
La equivocación de aferrarte a lo que no dispones, ni dominas, ni creas
la vana fe de consentir la abnegación que te maneja.

Sopla el viento y va limpiando, va llevando, lo que resta
de esa vieja tendencia a recrear lo que aprendiste por cautela,
sopla el viento y va dejando espacio libre que sembrar de ideas nuevas,
va dejando libertad, va acallando a quien reniega. 
Su murmullo es más bien la mansedumbre de una siesta,
que asemeja la violencia a la paciencia,
Como el sonido que el silencio reverbera sin cesar en el vacío de una brecha.

Nada más que amar la realidad, sea cual fuera. 
Nada más y nada menos que aceptar que sí, al final, todo se deja.



18 de abril de 2020

Uma onda, mil ondas, mi camino.

¿Quién iba a saber que este sería el camino?
Que nuestro rumbos, nuestros cambios, serían tan distintos.
Quien cambia reivindica, o quien cambia transforma. 

¿Cómo iba a pensar que mi transformación me llevaría así?
Tan distante, tan ajena de mis estructuras.
Sin expectativas, sin planes, sem prejuízos.

Casi como si la ironía de mi momento fuese en sincronía
con las barreras que la humanidad explora, sus desafíos, 
casi como empezar de nuevo, vivir de nuevo; como la vida toda.

Quién iba a pensar que reinventarme, sería tanto así como escribir de cero, 
en foja nueva, sin ataduras, sin pensamientos previos;
sólo lo que palpito, sólo lo que deseo. Uno a uno elegir de nuevo.

Tanta libertad en las ondas de la vida misma que la sociedad reescribe, reinventa;
donde uno puede permanecer, o mudar, 
o estarse quieto y rezar para evitar los riesgos. 

Quién iba a saber que así sin condiciones, sin parámetros, sin discursos
resurgiría a mí misma, en absoluta libertad de pensamientos y elecciones;
cuando todo es posible porque todo se reinventa.

Mientras el mundo se encoge, a contramano, 
mi corazón, mi humanidad, en el ir y venir, 
meciéndose en la armonía toda.

https://www.youtube.com/watch?v=XFa73hlzR-4

28 de marzo de 2020

Palabras nuestras

Oye niña adolescente joven mujer adulta anciana
Creciste mutaste y revelaste tus entrañas
Esperaste enmudeciste gritaste mientras andabas 
Impulsivamente impulsando tus pulsadas
Camaleón camuflada y revelada 
Reinventaste y reafirmaste tus hazañas.

Hoy te miras en el tiempo detenido en el dulce escozor de la mañana. Entre pájaros y ninfas te despiertas y retozas. Hoy manifiestas determinas a consciencia tus manías tus espacios tus miradas. Y las suyas. Ya no escapas.

Te reescribes. No. Te expandes, me enamoras. 
Te rescatas.

Mañana hoy ayer, desanda y ponte en marcha. Coge ganas suelta amarras, brilla como brillan mis recuerdos mis fantasías tus palabras. 
Solo eso, solo inspira. 
Sencillo, solo haz de tus días tus historias.
Solo Popi, solo inspira.

https://www.youtube.com/watch?v=rjOhZZyn30k

23 de marzo de 2020

Ya, lo sabía

Vives tus discursos, los que escribes sin pudor y reescribes sin promesas que cumplir, y sin derrotas. Los que fuerzas, que negocias, que revistes de moderación y sensatez, y que no engañan ni endulzan los oídos que los compran.

Vívelos, que yo lo sé, lo sabía, cuando el viento se llevaba las sonrisas y la sensatez rompía la locura de esos días. Los viví, los reescribí, mis discursos con sus rimas y caricias. No los compres, no los vendo, hablando más de mí que de cualquier espejo que viví, que dirimí, al que convencí de mis discursos que acarician con el filo del acero entre mis líneas.
Mi espíritu lee la labia de tus labios porque es la misma tinta que da vida a sus alegatos.

Sí que ya, lo sabía. Escribe y reescribe cuanto quieras y precises, que en mi vida no manejo tus discursos, no argumento más mis intenciones, tus deseos, el realismo que cobró y la fantasía que temía.
Lo supe a cada instante, lo vivía, parada frente a un antes y un después; mi nueva vida. La que irrumpe por tu causa, y que te olvida. Que te arrastra y te reniega y se regocija, de saber que te reescribes los discursos para no vivir una mentira.

Vívelos, que así es la vida. Eso que continúa, y no se espera, y no te invita a presumir de tus bondades sin pagar a língua.

Vívelos, que cuando brillas, la mirada de tus ojos ilumina. Encienden todo alrededor como a mis chispas.

Vívelos con la felicidad de ser en mí la vida que se continúa, como una niña.

https://www.youtube.com/watch?v=LSR1BNxdT8A

12 de febrero de 2020

Dos años, y contando

La trémula brisa del placer se abre paso entre mis piernas,
y el misterio de esa suave sensación de lividez, empaña mis mejillas y mis labios.
Mi piel se eriza en la antesala del contacto
con la prisa del fragor que crece a saltos,
y se perfila entre las sombras de la tibia luz que has olvidado. O haz pensado.

Descubres tanto en mí que había dejado entristecido y renegado.
Y es felíz descubrimiento, y es reproche disfrazado,
de los tiempos que no tuve ni amor propio ni prestado.

Reivindico tu presencia sin dudarlo, la elección de ser tu espacio entre traslados.

Tú lo reivindicas cada vez a cada instante entre tus manos.
En tu placer de ser sensor y ser naufragio,
voy tejiendo pasatiempos y postergo mis encantos.

… Tal vez alguna vez, … quizás dudando.

(Julio, 2019)
https://youtu.be/nwGcxgE0eyc

10 de febrero de 2020

As malas

Al hacer las maletas, uno repasa en silencio su propia historia, su propio tiempo. Revive recuerdos y atesora objetos para recordar momentos. Hacer las maletas siempre fue una bendición en mi corazón, la frágil oportunidad de libertad y de amor propio abriéndose paso sutilmente entre pañuelos. 

Esta vez mis malas sienten que han acumulado mucho peso, se sienten firmes y seguras, pero también sin resto. Esta vez más consciente que nunca, elijo lo que se cuela en recovecos. 

La calma que me invade es la sorpresa de este cambio, de un nuevo comienzo que no esperé llegara a mí tan seguro y tan sereno. De verdad no hay culpas ni arrepentimientos. De verdad, sin versos. Hay mucha firme consciencia de lo vivido, de muchos años de ciclos repetidos y aceptados, que hoy despido. Fuiste la excepción que sin amar me hizo avanzar a lo desconocido. Con la convicción de no errar por voluntad ni indiferencia, puedo reconocer en mi a una mujer que mi niña de ayer admiraría. Hoy me siento la vida que elegí, la mujer que construí, y así, consciente, voy reescribiendo rumbo. 

No voy a convertir mis letras en la conversación que mi corazón sostiene de tanto en tanto, con tu ausencia. Esperaré el momento en que esa conversación se apague, como todas las cosas simples se dispersan en el tiempo, mientras tus iniciales continúen junto al volante, mientras elija cargar en mis maletas, tu recuerdo.

https://youtu.be/cJKbiH_8gQ8

14 de enero de 2020

En el recuento ...

Cuando llegue al final no habrán rodeos, ni medias tintas, como prefiero. Tomaré un minuto para contemplarme en silencio, y no veré mis errores ni mis aciertos que ya serán acopio de mí misma, de mi recuento. Me tomaré un minuto para descansar, y seré mi momento. 
Cuando sea el tiempo encontraré una brecha, un antes y un después en esta historia que reescriben mis anhelos. Una versión de mí anterior a vos, y una muy distinta pero consecuente que te sucede, y que es mi genio encantado de los cuentos. Una joven que se encontró a sí misma entre tus sábanas, que descubrió el placer por el placer a través de tu piel, tu boca, tus dedos. Una mujer que construyó madurez recorriendo desnuda tus ambientes, que aprendió a oírte cuando sin hablar, actúas tan claro que enmudece hasta mi mente.
Recordaré tu nombre sin dudar que así aprendí a observar, a elegir, y a cuestionar qué lugares quiero. Que así aprendí a hablarte con sólo mirar, cuando mantener la mirada se convierte en alarma que denuncia el tiempo. 

La joven de antes aprendió cómo amistad se conjuga con amantes, cómo el deseo es autoestima, cómo el orgasmo es el lenguaje de lo que declara el cuerpo. Esa transformación que te pertenece y no niegas, es más bien la reivindicación que gozas a conciencia y admites con soberbia, en la discreción que te define y de la que no reniego. 

La mujer que causaste reconoce sus placeres, sus gustos, sus anhelos. Sin prejuicios vanos del estereotipo que aprendió, que discutió, y que hoy destierra de sus decisiones en la sincera aceptación de su momento. Tal vez serán en otro tiempo, tal vez otro recuerdo. 

Cuando llegue al final recordará tu nombre sin dudar que así aprendió, que un hombre como vos la definió en la libertad de tu carácter, de tus actos, del espacio que respetas, y del silencio que precede lo político y correcto. 
Recordará tu nombre sin dudar, con agradecimiento.