26 de noviembre de 2023

Llenar de palabras el silencio, que no son palabras muertas
de palabras que resuenan en los labios y en las piernas, 
que riman en respuestas que al unísono de notas 
se responden mientras callan, seducen escuchándolas.

Palabras que dan miedo porque crean,
porque no hay ingenuidad que las alcance 
ni pereza que las venza;
porque no hay dos tontos que las oigan, ni callándolas las sepan.

Despiertan como el síntoma de lo desconocido que se espera,
pero no se busca
                               se descubre
                                                     y se protege si se encuentra.

Palabras que dan sed a lenguas muertas. A las bocas que callaron, a las mentes que alimentan. 
Palabras que se hablan, que se cantan, que se prestan. Cuando hablando, son el eco que resuena.

El verbo de las ganas que contienes, y lamentas, y reavivas... y refunfuñeas.
Prólogos de capítulos de un libro aún no escrito, palabras que comienzan...