8 de septiembre de 2019

Estupor que me envuelves,
me confortas,
me atormentas.
Me rodeas y me arrastras
como presa,
me compartes y me celas.
Voluntad a la que me revelo,
de la que escapo,
cuando puedo.
Impotencia de dejarte,
tentación de no soltarte,
ser tu esclava.
Es el deseo de olvidarme
de dejarme en tus mañanas,
perdonarme, perdonarte.
Envejecer entre tus ansias,
atacarte,
poseerte, derrotarme.
Y no me sueltas
y no cedo,
ni me tomas.
Y mi cama es tu guarida
y mi almohada mi verdugo.
Durmiente sí, bella ni tanto.

Sueño eres mi yugo.

La desazón que ni me perdono
ni me niego.

El pecado del tiempo que perdí,
del tiempo que gozé.
El tiempo muerto.