23 de junio de 2010

Hubo algo que de repente me hizo descubrir que llevo mucho dormida. Quizás seas vos, tu determinación, la voluntad que hacía mucho no sentía.
Hubo algo que me despertó. Y doy gracias.
Hubo una cosa que volvió a girar cuando ya casi se había oxidado. Cómo no sé. Sólo vi su efecto en mi cabeza, sin comprender. Callé y enmudecí, sin presentirlo. Y me reproché, sin notarlo, haber dormido.
Un mundo gira sin cesar en torno a mi almohada desgastada de letargo.
No hay riesgo peor que dormir despierto. Es como estar muerto sin notarlo. Respiras, sonríes, caminas, lloras; y después de hacerlo algo más queda atorado en tu garganta. Y lo desconoces. Hasta que no puede más que sentirte desolado. Es algo que deja de funcionar y no lo sabes, un buen momento sin previo aviso se restablece, y te arrepientes por el tiempo transcurrido.
Dudas incluso por dónde empezar, pero asumiste el compromiso de lograrlo. Y comienzas. Y tropiezas con tu mente entumecida.
Quieres más y obtienes menos.

Tengo la cabeza atorada de pensamientos y proyectos que no despegan a la realidad. Tomo impulso y reniego de mis tiempos libres fuera de gobierno. Cuando queda en mis manos lo pierdo, si lo controlan no es lo que quiero.
Divago y cruzo espacios inacabados.

1 comentario:

Fala pra mim...