7 de septiembre de 2010

¿Dónde te quedaste?
Que no encontré la forma de eludirte. No supe volver a encontrarte ...
¿Dónde te perdiste? ¿En qué pensaste? ¿A qué le temiste?


 No hubieron superhéores en esta historia. Porque tú no tuviste el valor, porque yo no tuve la fuerza.


Todo eso que dijiste, que juraste, ¿Dónde lo guardaste? Busco en mi presente los rastros de su ausencia.


Alguna vez quisiste volver? Alguna vez quisiste buscarme?


Me pregunto si te enfrentaste al espejo diciendo "soy un cobarde", si lloraste por mi, porque no dudo que esas lágrimas fueron por ti. Por el sonido de tu ego partiéndose en tus manos como cristales.


Me pregunto y vuelvo a preguntar, por todo eso que no dijiste, por todo lo que negaste. Y no entiendo cómo todavía me lo pregunto. Teniendo las respuestas en mi cabeza, no suenan desde tus labios, suenan desde mi conciencia.


Y me sorprende que todavía lo pregunte. Es como si el tiempo no existiese entre nosotros, como si todos los días volviese a verte. Es como si no pudiese hacerte a un lado.


Y sólo sé que no te quiero en mi vida, y que no te supero, y que reniego de seguir donde me viste la última vez que volteaste. Antes de irte, por tercera vez, hacia donde no sé y hacia donde no me importa.


Reniego de volver atrás y desolada repetirme. De encontrarte en esas líneas que escribí al azar, de llorar por otros y decir tu nombre. Reniego de tu nombre, y tu imagen, y de las cosas que olvidé que te olvidaste y aún me encuentro.






Adónde fuí si me escondí de tu mirada, nada más. ¿Cuándo adormecí? ¿Cuándo perdí la calma?