13 de julio de 2010

Ella divagó entre letras. Buscando las preguntas que quería que él le hiciera. Buscando las respuestas que quería que él oyera.




Ella cambió las palabras que había escrito y tachado una y otra vez, por las que había oído, hasta el cansancio.
Ella mintió, pecó, perdonó y sanó; cansada de esperar lo inesperable en la tentación de no perder la última batalla. El orgullo esperanzado.
Ella siguió sus pasos en reversa y corrijió el rumbo.
Desistió de su coraje.
Dejó de perder el tiempo.

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