20 de agosto de 2009

Reina mansa que acaricia el suelo dando suspiros de energía liberada, me regalas, en los días de descanso, la música que te acompaña. Me seduces al vaivén de tus compases, me das calma. Hasta extraviarme en tu murmullo yo te sigo. Soy tu hija y celebro tu llegada.

En espirales envuelves mis delirios. Me abandonas a mi suerte extasiada, en la inmensidad la dimensión que desconozco, en la plenitud la llama de mi alma.

Alumbrando de plateados azulinos nuestro techo, vas vibrando en nuestras puertas y ventanas, vas rugiendo como fiera desbocada.

Solo te temen los que no te aman. Los que no comprenden lo bendito de tus lágrimas.

Y ante tanto amor sin dueño, arremetes con pasión desenfrenada. Desbordas tus impulsos sin control ni calma. Y sentimos la embestida.

Cierro los ojos y comparto tu lujuria. Tu lascivia. Muy por dentro vas tomando de mi cuerpo el placebo que te alivia. Irrumpes en mi interior y escapas por mis extremos.

Y sigues tu paso sin despedirte, dejándome retazos de arrebatos y de calma.

18 de agosto de 2009

El vislumbre de unos ojos iluminan mi pasado y mi futuro.
Incongruencias de un amor que decidimos. El arancel, interminable sin factura.
Sin ser mejor, sin ser peor, sólo son la verdad que no lastima. Que redime las elecciones mal elegidas.
Destellos borgoña de la complicidad que nos envuelve. O que quizá sólo me envuelven a mi misma. Y no es un mito, sólo es la razón que te ocultaste tantos años.
Los reflejos de un espejo mal gastado, reflejando mentiras y rencores, fundamentan mis palabras entre copas de obstáculos embusteros y sabrosos que me impiden declarar sin repasarme.

Lo sabés. La única razón para lo que creemos es el daño que te causé cuando ni sabíamos de lo que hablábamos. Y continuás negándolo. Sin engañarme.
Y es que tal vez sólo sea mi reflejo abandonado de pasión y de romance. Y es que tal vez no veas lo que quisieras a tu lado, sólo piensa, no te engaño. Titubeo. No me culpes, soy el fruto de los años en que no imaginaba estas secuelas.
Y titubeas. Y lo comprendo, es peor la certeza de perderte. Sólo quisiera que no hubiese distracciones.
Sin fantasmas, sin consuelos, sin intervenciones desesperadas, las cosas serían más que evidentes. Lo son aún para los demás, sin importar lo que digamos. No lo niegues.
No puedo más que renunciar, sin el valor de postergar lo que preciso. Lamentandote cada minuto si hace falta, regalando tu ausencia a otros ocasos.
16/08/09

Altanera, vas rodando en la vida que desbordas. Empujando los momentos. Atrapada en la zozobra.
Caprichosa y mentirosa, vas dejando atrás los escollos de un amor que no es tu sombra. Pero no se aparta. Y te agobia.
Inundando de luz la oscuridad, eres la gema que desean y no toman, y que brilla aún más cada vez que la provocan. Cada vez que la abandonan.

Bailas vibrando una canción camino de tu tumba y ríes como loca.
Gozas la pasión de lo que sientes lo que dices lo que haces cada hora.
Enamoras a los tontos que más creen que te odian.

Mejoras cada día tanto como puedes, y contradices la contradicción que te define contradictoria.
Te escabulles en momentos de placer para burlar la soledad, y casi lo logras. Haces todo el tiempo lo que quieres y decides más allá de la razón lo que te adorna.
Eres talentosa. Y no es sólo uno sino varios de tus lados inconexos, desconocidos, inexplorados. No detienes tu camino y los explotas.
Ambicionas. Engordando sin pudor tu libertad, habitas siempre ese lugar heterogéneo y derrumbado, el que no te alcanza y en el que no te alcanzo.

A quien le falta algo. Quien no distingue al caminar las huellas de sus pasos ni a dónde se dirige. Quien atrapada en el pasado y pendiente del futuro descuida su regalo.
Y va rodando. Y es felíz, por qué negarlo. Ese es su modo, lo tiene claro. No lo entiendo y tú tampoco. Pero así es ella, y no te animas a intentarlo.
11/08/09