26 de junio de 2009

Hay silencios en los que olvido las razones para callar. Entonces presiono al tiempo, y es que en mi cabeza el tiempo me presiona constantemente. No sé por qué. Quizá el estúpido cliché que alimenta la creencia de que se enveje con prisa y se acerca la muerte. Para mí no existe el perder el tiempo; cada momento no es más que lo que siento hacer y lo que quiero.
Cuando olvido callar me desvisto uno a uno de los retazos de disfraz que me persiguen. Me desnudo, ante los ojos que me miran y me juzgan. Siento placer y dolor por sus miradas. En la transparencia con que actúo ...
tú me miras y lo sabes. Tú me callas.
A ti te aterra mi adicción a la verdad, y crees que me engañas.
Y es ahí cuando pronuncio sonidos al azar, frutos de tu afán por ocultar y mi temor a reprochar lo que es buen tino. Dejo ir esos momentos que son fugaces pero de verdad, porque mi corazón me hace dudar y deja atrás ese momento efímero.
A ti te hablo y si me leés lo sabrás, y si me besas probarás, que aún con dolor lo nuestro no es ficticio.
Por las mañanas me consumen de culpa y de placer los sueños que me diste.
Y por las noches agradezco haberte visto y te espero entre mis sábanas, sin juicio.

21/12/07

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Fala pra mim...